El poder de la mentoría

Marty Mc Fly y el Doc. Los Beatles y el productor George Martin. Woody y Buzz Lightyear. Taylor Swift y Selenea Gómez. Puede que a simple vista estas asociaciones no tengan mucho en común, pero lo tienen: en cada caso, los vínculos son complementarios y los beneficios, recíprocos. Estas duplas se potencian mutuamente y se acompañan en el proceso de crecimiento. En diversos aspectos de la vida hay que buscar a la persona indicada para uno/a mismo/a −en el ámbito de la pareja, terapia y amistad, por ejemplo−, y lo mismo sucede con las mentorías.

El mercado laboral constantemente demanda nuevas habilidades y conocimientos. Para ser innovadores, mantenernos actualizados y adaptarnos a los cambios, es fundamental un mentor/a que pueda guiarnos en nuestros objetivos, aclararnos el panorama y acercarnos a nuevas oportunidades. Básicamente, lo que hace un proceso de mentoría es potenciarnos.

Encontrar a la persona adecuada para una mentoría no se debe tomar a la ligera. Es importante no recaer en el lazo unilateral y no limitarse a buscar solamente a esa persona en las jerarquías más altas de la organización a la que perteneces, sino indagar más allá de los lugares obvios. Un buen mentor/a puede ser una persona de cualquier ámbito e industria, lo importante es que te inspire, que te genere curiosidad y te resulte vanguardista y desafiante, aunque no se dedique a lo mismo que vos. Es clave complementarse y que para las dos partes haya un crecimiento y aprendizaje. 

El poder de las mentorías empieza a ser reconocido en diversos ambientes. De hecho, más del 70% de las empresas que forman parte de Fortune 500 −la lista que nuclea a los negocios que generan más ingresos en los Estados Unidos− contemplan en sus políticas laborales las mentorías obligatorias para sus empleados/as. Incluso, un estudio publicado en Harvard Business Review en 2022 evidenció que las mentorías producían un aumento en las ganancias contables solo cuando eran obligatorias: los ingresos subieron un 19% en los primeros dos meses y un 90% luego de los seis; en los casos que se proponía la posibilidad de manera optativa, la mayoría de los/as empleados/as declinaba la oferta.

Desde EduStorm reconocemos el poder de estos vínculos transformadores y por eso diseñamos Mi Voz, un programa de 3 meses que busca que jóvenes de los dos últimos años de secundaria en escuelas públicas o 100% subvencionadas puedan desarrollar la oratoria y el autoconocimiento. Esto lo hacemos a través de talleres y mentorías 1 a 1. Formamos duplas a partir de rasgos de personalidad, sueños e intereses en común entre los/las jóvenes y voluntarios/as profesionales e inspiradores que se postulan.  A medida que avanza el programa, las  duplas de mentores-mentoreados/as trabajan en la construcción de una charla inspiradora que refleje el proceso de reflexión atravesado y luego, cada mentoreado/a tendrá la oportunidad de presentarla en el evento final de Mi Voz.

Animate al desafío y crecimiento: allá afuera hay un mentor/a esperándote. Y vos, ¿pensaste alguna vez quién podría mentorearte?

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